Se presenta fresca la mañana pero con el cielo completamente despejado. Los primeros kilómetros se me quedan los dedos de las manos congelados!
El terreno es ligeramente en descenso por caminos muy pedregosos. A nuestra derecha, al fondo, tenemos una bonita vista continua, los pirineos.
Según avanzamos, cada vez nos adentramos en un terreno más seco y árido, algo que me llama la atención teniendo tan cerca los pirineos.
Después de unos 25 kms llegamos a Arres, el pueblo donde el año pasado Curro estuvo de hospitalero.
El pueblo esta en un alto y la subida para llegar a el tiene miga...
Entramos en el albergue a sellar y las dos hospitaleras que hay ahora nos invitan a un café e intercambian experiencias hospitaleras con Curro.
Seguimos camino hasta las 12:30 que páramos a comer un mini bocadillo que compramos donde desayunamos esta mañana. Que rico...
De nuevo en marcha hacia el embalse de Yesa, formado por el río Aragon.
Al lado del embalse esta el pueblo abandonado de Ruesta. Quedan los restos de alguna casa y la iglesia de momento sigue en pie, aunque con alguna grieta que no augura un o porvenir...
Lo que si hay es un albergue donde aprovechamos a comer un par de bocadillos mientras llegan unos cuantos peregrinos que ya se quedaran allí.
Con las fuerzas renovadas comenzamos la subida de un puerto (cuatro caminos) con el que no contábamos pues en el perfil de la etapa parecía una simple subida. Son 6 kms pero de un desnivel no muy exigente.
Desde arriba podemos ver toda la planicie que tenemos por abajo y donde está nuestro destino, Sangüesa.
Hacemos la bajada y pico después llegamos al pueblo, con tiempo de lavar un poco, dar una vuelta por el pueblo y cenar el menú del peregrino.
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